lunes, 9 de junio de 2008

Él

Quién sabe si se despertaría. Él creía haber encontrado una forma a la que asirse cuidadosamente para evitar los naufragios. El fulgor de los diamantes, leyó, no se extingue, no mengua. Tampoco su intensidad varía, pensó. Todo fue inútil. Más allá de las zozobras, más allá de los continuos vaivenes, la forma en sí no perduraba. Cada acontecimiento era un obstáculo, cada fenómeno un espacio neutro.
Él
Supo, después de abrazar tantos pensamientos, que cada idea iría colmada de rotaciones. Abruptas inminencias sucedieron. Agrestes volcanes. Creyó en el cambio, en la posible redención. Un día, al despertar, comprendió la falacia del movimiento. Del péndulo impreciso emergió la violencia. Conciencia del cambio. Permanencia del fondo.
ÉL
Leyó y comprendió.
Él
Aquella luna
de aquella primavera
no es ésta ni es
la misma primavera.
Sólo yo soy el mismo.
(Ariwara no Narihira, 825-880)

miércoles, 23 de abril de 2008

De la crítica benévola

Coloco a continuación la breve crítica que escribí a propósito de la lectura de La tercera virgen, novela de Fred Vargas abordada en el Club de Lectura en el que participo.
fred
En alguna entrevista el escritor argentino Jorge Luis Borges sentenció que las novelas policiacas terminaban por construirse de manera automática ("como una maquinita", decía el argentino metafísico). Esa frase condensa, a despecho de su tono pedestre, el conflicto primordial al que se enfrenta todo autor de novelas pertenecientes al género aludido. La novela de Fred Vargas principia eludiendo la plasmación directa que supone el eje argumental, esto es, la resolución de una serie de crímenes. El efecto implica un tipo de narración eficaz inicialmente: el confinamiento a unos simples trazos de la trama policial conduce al lector por los entresijos vitales de un conjunto de personajes estrafalarios o excéntricos, mostrando, mediante un sistema de diálogos preciso, una carga irónica en ocasiones verdaderamente hilarante. Esta subordinación en la primera mitad de la obra se ve potenciada por la síntesis característica de los diálogos y por los retazos descriptivos, ya sea de los propios personajes o de la ambientación. Sin embargo, la edificación de la novela sobre dichos cimientos comienza a declinar apenas arriba la lectura a la mitad de la novela. A partir de entonces, la narración va orillando la ironía de los diálogos y las descripciones se ven sometidas a un proceso de reducción a exiguas frases, despojadas por completo de cualquier elemento capaz de suscitar maravilla, emoción o agrado simplemente. El desarrollo tonal adquiere gravedad en perjuicio de los únicos factores encomiables de la novela, resolviéndose en una ecuación tipificada e ineficiente.
fred
Novela ligera, de divertimento, concluiría un diccionario enciclopédico.
vargas
No sé si fui demasiado benévolo con la obra.

domingo, 10 de febrero de 2008

El blog de Tomás Segovia

"Todo está ligado" reza el primer verso de un poema memorable de Eduardo Milán. Dieciocho siglos antes, Marco Aurelio había escrito: "Todo hecho es consecuencia de uno precedente. No se trata sólo de una sucesión de hechos aislados y necesarios, sino de un encadenamiento lógico. Si los seres están armónicamente coordinados, del mismo modo los hechos no se suceden sin más, sino que guardan una relación asombrosa" (Meditaciones, Libro IV, 45). Pues bien, la casualidad, o esa forma asombrosa en que los hechos se conectan los unos con los otros en una secuencia a priori arbitraria, pero en la que parece subyacer un concierto armónico de religaciones, quiso que, visitando el blog de Daniel Bellón, hallase noticia de que el maestro Tomás Segovia había decidido mantener un blog. Blog que lleva a otro blog que lleva a una palabra poética de diáfana inteligencia, de contenida pasión a la vez lúcida y sensual por el mundo contemplado.

La casualidad -o ese tejido de leyes conectivas e ignotas-, es que en mi perfil, en la opción donde se puede agregar un archivo de audio, yo había situado un link que albergaba un poema de Tomás Segovia recitado por él mismo. La dirección de su blog es: http://tomassegovia2.blogspot.com/. Allí ha colgado algunos poemas y uno que otro artículo.

¿Cómo no concluir este post siquiera con un poema de Segovia? Me resulta difícil la elección, dado el hecho de que se puede leer casi cualquier poema del autor sin que la emoción nos abandone. Una emoción íntimamente carnal: cópula linguística en el seno o espacio -el poema- en el que el mundo aparece transformado: realidad sublimada. Si me decanto por Canción de huérfano, es por motivos de identificación con esa visión desarraigada que expresa admirablemente:
tomás segovia
tomás segovia
Canción de huérfano
tomás segovia
tomás segovia
Contempla bien, meteco
huésped arisco de uno u otro arraigo,
a los claros nativos de algún Orden
pesar abiertamente en los surcos del tiempo.
tomás segovia
¿Qué castillo de naipes pensaste desplegar
apoyado sobre el soplo indiscernible
de tu solo deseo doloroso
para irrisorio abrigo de la hermosura expósita,
tu patria intermitente?
tomás segovia
Tú solamente cruzas.
Bajo las sombras vagabundas
que arroja en los caminos un gran cielo celoso
te sufren los paisajes silenciados.
tomás segovia
Pues toda permanencia te condena.
Del tiempo es tu destierro.
En la piel fumigosa de tu historia
turbiamente hallas rastros de casas hoy en ruinas
y amores migratorios.
tomás segovia
No tiene fin el balsamo que imploras,
por no más que una llaga estás pegado
al pulmón impecable de la vida
y es verdad que aullarías
si esa misma piedad sin la cual agonizas
fuese a borrarla un día de tu origen.
tomás segovia
La herida que te funda es veraz como un ojo
que al apagarse apagaría el mundo.
tomás segovia
tomás segovia
Una curiosidad: en el perfil asociado al blog del poeta, figura una información, cuando menos, alarmante. Resulta que Tomás Segovia vive en Afganistán (y no en Madrid) y no es poeta, sino que su oficio está relacionado con la agricultura. ¿A qué se deberá semejante broma o despiste?


domingo, 27 de enero de 2008

Juan Gelman

He incluido en la sección de blogs de poetas (en la que pienso dar cabida, a partir de ahora, a páginas personales de escritores diversos) la bitácora de Juan Gelman. He tenido noticia de la existencia de la misma, así como de la url, través de la entrevista que ha aparecido en Babelia: http://www.elpais.com/articulo/semana/Poesia/olvido/elpepuculbab/20080126elpbabese_3/Tes.

También ha publicado dicho suplemento seis poemas del último libro del autor, de entre los cuales me ha llamado poderosamente la atención uno que discurre sobre el ser del poema y que copio:


¿Qué se sabe?


Del poema, nada. Llega, tiembla
y raspa un fósforo apagado.
¿Se le ve algo? Nada. Tiende una
mano para aferrar
las olitas de tiempo que pasan
por la voz de un jilguero. ¿Qué
agarró? Nada. La
ave se fue a lo no sonado
en un cuarto que gira sin
recordación ni espérames.
Hay muchos nombres en la lluvia.
¿Qué sabe el poema? Nada.



Nada sabe el poema. El poema dice su insapiencia (en tiempos de egotismo poético supone un alivio leer semejantes confesiones). Salud, Juan Gelman.
juan gelman
Les dejo ahora con la lectura del poema Himno de la victoria en ciertas circunstancias efectuada por el propio Juan Gelman en el festival Internacional de Poesía de Medellín (la web del festival, que alberga vídeos de los poetas participantes, así como los distintos números de la revista Prometeo, es: http://www.festivaldepoesiademedellin.org/)






juan gelman



domingo, 12 de agosto de 2007

Del futuro presentido

En algún lugar dice Nietzsche que "Alguien que piense con libertad recorre anticipadamente la evolución de generaciones enteras". Pues bien, estos días he estado cavilando los diversos destinos (o futuros si les acucia el prurito hacia esa palabra por estar cargada de connotaciones religiosas) que pueden esperar a la humanidad, y por extensión, a nuestro mundo. Todos los considerados por mí (de los cuales no diré nada por ahora) me conturban. Sin embargo, intento contemplarlos con ojos escépticos y siendo consciente de que, si alguno de ellos se materializase, sería cuestión inexorable. De modo que retorno a mi resignación primera.

Casualmente, inmerso en la lectura aquí y acullá de algunos textos relacionados con el desarrollo de internet y las denominadas nuevas tecnologías, di con un artículo en la revista de filosofía
A Parte Rei, que discurre por el significado del plagio en el marco actual de la electrónica. Ignoro si los pensamientos que me asaltaron puedan ser compartidos, en cualquier caso les recomiendo su lectura (es, por cierto, la traducción de un capítulo del libro The electronic disturbance). El artículo en cuestión se titula El plagio utópico, la hipertextualidad y la producción cultural electrónica (y lo pueden leer en la siguiente dirección: http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/plagio.html)

martes, 17 de julio de 2007

La enciclopedia que era un cajón de sastre

Como casi siempre, un conjunto de sucesos que obedecen aparentemente a las leyes del azar me ha dado pie para emborronar esta entrada con algunos comentarios benévolos. Acaso lo más conveniente sería que principiara la narración de los encuentros fallidos con el Wiki, no sin antes hacer una pequeña digresión, pertinente en todo caso.

En el número 51-54 de la revista Renacimiento, el director de la misma, Fernando Iwasaki Cauti, firma una editorial en la que deja escrito lo siguiente:

"Nunca se han publicado más libros que en nuestros días y probablemente jamás han existido tantas bibliotecas a disposición de los usuarios. No obstante, el número de lectores de libros es infinitamente menor que el número de individuos que buscan conocimiento, cultura, consulta y entretenimiento en los nuevos soportes informáticos y digitales. Ignoro si en eso consista el progreso, pero ya existe más de una generación que prefiere investigar en los buscadores de Internet antes que en los diccionarios, las enciclopedias y los libros en general. Y esto apenas es el principio."

Prescindiré de comentar la supuesta ironía implícita en la expresión "Ignoro si en eso consista el progreso", dado que, como sostenía Cicerón en su Sobre la naturaleza de los dioses: "La naturaleza de lo que se otorga no revela la intención del donante. En consecuencia, el hecho de que el que lo recibe haga buen uso de lo dado, no significa que le fuera entregado con buena voluntad". Podemos, ante semejante proposición coherente, determinar que, de modo análogo, si el que recibe algo hace mal uso de él, esto no implica a priori que la naturaleza del donante o su voluntad al realizar la entrega estuviera viciada. ¿Qué quiero decir? Pues que el que se haga mal uso de las tecnologías no es un argumento en contra del progreso, sino que nos revela más bien aspectos cruciales de los usuarios de dichas tecnologías, y dado que se trata de una pingüe cantidad de personas, hemos de interpretar este desprecio hacia el análisis pausado de las fuentes y la búsqueda de información como una extendida característica social emparentada con la desidia creciente que experimentan las sociedades contemporáneas (apostillo: el mal uso de Internet a la hora de documentarse reside en esa patología juvenil que consiste en cortar y pegar en los trabajos el texto tal cual figura en la red, sin examinarlo previamente, ni extraer la información y hacer una redacción propia. De todas formas, el buscar y copiar literalmente el texto de una enciclopedia o cualquier otra obra de referencia es operación análoga. La busqueda en Google puede resultar un ejercicio harto complejo de elección de fuentes fiables y útiles dado el volumen de basura que abunda en sus vericuetos). Esta desidia puede rastrearse en cuestiones como el desprecio generalizado hacia la erudición, hacia el pensamiento racional que se rechaza en aras de lo espontáneo de carácter sensiblero -como si el pensar fuera totalmente ajeno al sentir-, hacia lo "académico" o a la fundación de sistemas, taxonomías o clasificaciones minuciosas. Como pensaba Canetti, no son los pensamientos más profundos los que tienen mayor incidencia en este mundo.

Y una de las fuentes que cuenta con mayor número de consultas es Wikipedia: un proyecto que se erguiría en un fabuloso instrumento promotor de la cultura y los conocimientos globales si su edición fuese más rigurosa. La idea que late tras Wikipedia no es muy diferente a la que movió a ciertos ilustrados franceses, en la segunda mitad del siglo XVIII, a publicar la ínclita Enciclopedia o Diccionario razonado de las Ciencias, las Artes y los Oficios, esto es, la difusión del corpus total del conocimiento humano. Orillemos multitud de circunstancias que crean numerosas desemejanzas entre ambos proyectos de una distancia insalvable, y quedémonos con la cuestión, a mi juicio fundamental, del problema: si bien Wikipedia nació con la intención de que las personas con determinados conocimientos los brindasen de manera desinteresada para la elaboración de una enciclopedia en línea, contando, por tanto, con la posibilidad de participación de usuarios de diversa condición, formación y procedencia, por contraposición a la restringida nómina de los participantes en La Enciclopedia Ilustrada de D'Alembert y Diderot, ha demostrado que su ausencia de dirección genera errores que sólo podríamos calificar como ignominiosos. No representa, por tanto, una fuente fiable de conocimientos. No quiero decir con esto que Wikipedia no albergue contenidos singulares de cierta relevancia, sino que, considerada en su globalidad, sería deseable una revisión de su estructura, ya que una enciclopedia que se precie de ostentar tal denominación, no puede mostrar información errónea, ya sea por ignorancia de los editores, ya sea por manipulación informativa.

Lo que realmente constituyó un fermento para que me decidiera a escribir sobre este tema, fue la lectura del artículo de Pablo Martínez Lozada aparecido en el número de julio de la revista Letras Libres, titulado, significativamente,
Wikretinos. No comparto con el autor la ocurrencia dogmática de que la creación literaria, específicamente novelística, deba basarse per se en una experiencia o tarea individual. La aberración inherente a la escritura de una novela Wiki no radica en la pluralidad de voces, sino en la falta de concierto, de una mente o dos o tres que rijan los destinos de la obra. Evidentemente, si cien personas decidieran escribir una novela, por mucho que se contase con un regidor, el caos obraría como en el resto del universo. No obsta ello para eludir la posibilidad de la escritura colectiva.

La falta de argumentos para semejante petición de principios me facilita la tarea de no tener que explicar mi desacuerdo cuando Pablo dice en el citado artículo "Pero sucede que el novelístico es un medio que sirve a la expresión individual por encima de todo lo demás; y cualquier intento serio de volver colectivo lo que se acepta culturalmente como exclusivo del dominio individual está condenado a fracasar." ¿Condenado a fracasar? Si nos referimos a la wikinovela no cabe duda, pero no en lo que atañe a una hipotética novela colectiva: aquí el intríngulis de la cuestión no es el número (uno, dos o tres), como si estuviéramos discurriendo la teratológica trinidad católica, sino si la escritura deviene en obra literaria y no en folletín de diletante. Sin embargo, quisiera reproducir aquí la profecía que emite Pablo Martínez Lozada sobre el futuro de Wikipedia, y que comparto enteramente:

"Quien de esto sabe mucho más que yo opina que la Wikipedia se va a autodestruir en poco tiempo y sólo va a ser recordada como un experimento fallido, precisamente por la incompatibilidad de la libertad de edición colectiva con el rigor mínimo indispensable para la transmisión responsable del conocimiento."

Por cierto, no dejen de leer el resto de ensayos y reseñas del número de
Letras Libres correspondiente a julio.

sábado, 23 de junio de 2007

Linkin Park: ocho dosis audiovisuales

He abandonado un poco este blog por motivos académicos. Multitud de entradas a medio elaborar aguardan su sazón; mientras tanto, y debido a la inmediatez implícita en el simple hecho de enlazar, dejo aquí ocho vídeos de Linkin Park alojados en You tube. La calidad de imagen y de sonido es discutible en algunos de ellos, pero al menos nos conducen o nos hacen atisbar el esplendor de los vídeos reales, id est, observados con una resolución decente y sin pérdidas de matices acústicos, en este caso atribuibles a la subida al portal de You tube.

El último vídeo tuve ocasión de verlo recientemente, no recuerdo si en MTV o en los 40Tv, lo cual no es relevante. Sí lo es, en cambio, que no lo juzgo a la altura de los otros [tras varias audiciones he cambiado de opinión: sólo los dos primeros están a su altura, me temo. Nota de Agosto de 2007]. Probablemente tenga mayor valor en el aspecto visual. Nadie negará que la estrutura dinámica de las imágenes que se suceden nos guía precisamente a preguntarnos -en primera persona tanto del singular como del plural- lo mismo que expresa primariamente la canción.


Somewhere I belong



Numb



Breaking the Habit



Faint



In the end



From the inside



One step closer



What I've done

lunes, 18 de junio de 2007

Tercer Congreso de Poesía Canaria (VI)

a) Territorios del conocer
Tercer
La última mesa temática quería sugerir un debate sobre la poesía vista como medio de conocimiento, o los puntos de convergencia entre el conocimiento –aunque este término en abstracto signe numerosas interpretaciones- y la experiencia poética como acto volitivo de escritura y lectura del poema.
Congreso
La apertura de la mesa corrió a cargo de Bruno Mesa quien convino con Wittgenstein en denostar en cierta medida la obra de Shakespeare por no hallar en ella una ética sustentada más allá de lo puramente verbal, aunque según el mismo Bruno Mesa, quizás el filósofo austríaco hubiese errado en el ejemplo. No obstante, el poeta santacrucero enfatizó su tesis de una búsqueda personal en la poesía de algo más que el juego verbal; en tal sentido nombró a autores que han formado parte capital de la modernidad como Mallarmé, o en nuestro ámbito hispánico Juan Eduardo Cirlot.
de
Al afrontar la composición del poema, el vate debería partir del concepto de la particular visión ética antes de la plasmación definitiva, y no simular aquélla como un hallazgo fortuito y accidental. Bruno toparía en Cirlot únicamente con una música, oponiéndolo con el poeta portugués Pessoa, en el que la imbricación, en cada uno de sus heterónimos, de la moral, confluye con naturalidad en la edificación del orbe poético, incluso contraponiéndose entre ellos, y mostrando una pluralidad de lo ético en la misma figura de Pessoa el ente real.
Poesía
Dio término a su ponencia sintetizando su concepción del poema como un mecanismo u objeto autosuficiente, y cuya construcción ideal poseería la capacidad de transfigurar o cambiar al lector tras la lectura, de hacer de él otro sin dejar de ser el mismo.
Canaria
A continuación Guadalupe Grande principió su intervención con una enumeración de los aportes al saber hechos por personajes tan disímiles y alejados temporalmente como Pascal, Galileo, Kepler, Vicente Huidobro, Ralph Waldo Emerson, Saint John Perse… Este vario inventario nominal tenía por objeto designar las formas distintas o áreas divergentes que conforman el conocimiento humano, que propendería en su devenir a fijarse por acumulación a través de las revelaciones parciales efectuadas en el decurso de la historia. En el devenir histórico de las sociedades habría quedado patente el saber en modos diferentes, denotando con ello una complejidad inherente a sí mismo, y cuyas manifestaciones dispares no implicarían valoraciones de superioridad ni inferioridad, sino una variación connatural a la dinámica histórica.
Tercer
Incidió además, en la cosmovisión del lenguaje como espejo en el que atisbar la realidad, para pasar luego a entablar una disquisición sobre el ser del poema, instalándose en la ya tan frecuente tendencia a expresar lo poético remitiéndose a la experiencia que de lo poético mismo se desprende. El conocimiento que brindaría el poema sólo nos sería transmitido por el poema mismo, eludiendo así una definición de la poesía por imposible, y anexando inmediatamente a manera de ejemplo de esta postura el relato de Franza Kafka conocido como Preocupaciones de un cabeza de familia, en el que se afirma de un ser informe llamado Odradek que:
Congreso
«Algunos opinan que la palabra Odradek es de origen eslovaco y tratan de explicar su etimología de acuerdo con esta suposición. Otros, en cambio, creen que es de origen alemán con apenas influencia eslovaca. La imprecisión de ambas interpretaciones permite suponer que ambas son erróneas, sobre todo porque ninguna de las dos nos brinda significado alguno para la palabra en cuestión».
de
Presentando una analogía Guadalupe Grande entre esta imposibilidad de interpretar el significado del nombre del ser en cuestión de la narración kafkiana con el de la poesía, que se haría indefinible por antonomasia.
Poesía
Isidro Hernández también expuso su ideario sobre la poesía en términos de inefabilidad, al igual que Guadalupe Grande, aunque introduciendo además las nociones de catarsis y del acercamiento a una designación del desasosiego y la crisis del ser. Por supuesto, su contemplación de lo catártico estaba delimitada por la teoría aristotélica de la catarsis como purga que conllevaría una moral consustancial a la liberación de las pasiones. Asimismo vertió su interés en la visión del sentimiento como una de las formas del pensamiento.
Canaria
En último lugar enfatizó su incredulidad frente a la reflexión poética ulterior al poema, lo que implicó un nexo más entre su exposición y la de Guadalupe Grande, al derivarse de estas palabras que lo poético en tanto que experiencia perceptiva se cumple sólo en el poema y es dable exclusivamente al entendimiento a partir del objeto poético. Y aseveró, asimismo, que el deber ineludible del poeta era la búsqueda de la autenticidad.
Tercer
Antonio Puente comenzó su participación leyendo el soneto del poeta uruguayo Juan Cunha cuyo primer verso reza «Aquella vez y allá cuando solía», para remitirnos a su capacidad de evocación a pesar de su ambigüedad, de su falta de referencias explícitas. Esta lectura vendría a ejemplificar la hipótesis de que el conocimiento de la poesía sólo se logra a través de ella misma (como mantuvieron anteriormente en la misma mesa Guadalupe Grande e Isidro Hernández), y de que el poema es el lugar donde madura un tipo particular de conocimiento de imposible acotamiento por los meros ejercicios de definición. En última instancia criticó la poesía de la experiencia so pretexto de su premeditación del poema.

Tercer Congreso de Poesía Canaria (V)

a) Poesía, espiritualidad y trascendencia
Tercer
El primer interventor de la mesa fue Daniel Barreto que, tras una lacónica definición de lo trascendente, religó este concepto con la ética en la escritura. Para Barreto, la trascendencia estaría vinculada con un tratamiento del otro en tanto que otro, es decir, en tanto que escapa a una aprehensión de todo aquello que constituye el propio yo. A partir de aquí, Barreto delineó el nexo íntimo con la ética que hemos advertido; para ello, acudió a una cita del filósofo Emmanuel Lévinas en el que éste asocia el tiempo con la alteridad; de esta manera, el lenguaje y el tiempo serían las dos posibilidades naturales que conducirían al acercamiento y al contacto con lo otro. La trascendencia, en tanto que vivencia de esta situación particular de despojarse del yo egocéntrico y adquirir conciencia del otro, relacionándose con él, tendería un lazo a la ética: la protección de la alteridad aun a costa de mi propio yo, que sería según Daniel Barreto una de las formas de encarnar la trascendencia, lleva implícita una relación de justicia con el otro.
Congreso
A continuación Rafael José Díaz expuso que pensar la poesía es alejarnos de ella y desembocar en un sucedáneo. A más de hablar sobre una metafísica del estar que se asentaría en el poema, y a través de cuya lectura se podría acceder al carácter ontológico e intraducible del estar y el ser.
de
Por su parte, Mariano Vega Luque disertó en torno a la experiencia de la creación poética en el «momento sin relato», en un estado de inervación en el que se aprehende únicamente el presente o quizás, en el que todo se incardina en el presente. Esta experiencia de lo poético generativo religaría una visión de lo creativo con la matriz de lo religioso o sagrado: el mito del origen donde todo tiempo es puro presente, o donde el tiempo mismo no fluye.
de
El poeta Ernesto Suárez remitió en su lectura a una visión contemplativa de la poesía. La lectura del poema conllevaría en sí una experiencia perceptiva, sensorial y meditativa cercana a lo espiritual. El estremecimiento poético quedaría definido por ese acto crucial que dirige a un ensayo del ser más allá de sí mismo, a trascenderse en definitiva. Claro está, el vínculo que establece Ernesto Suárez entre la espiritualidad y la poesía mediante su difusa clasificación de experiencias carentes de fines en sí mismos, se atiene a un pensamiento por analogía referente a una característica particular que compartirían ambas laderas de acceder a lo trascendental [1] .
Poesía
Según el poeta José Corredor Matheos, habría que distinguir respecto a lo inefable de vinculación religiosa, tres conceptos: espiritualidad, trascendencia y lo sagrado. Lo primero podría interpretarse como la actividad del pensamiento de cada uno, mientras que la trascendencia se desplegaría alrededor del otro. La poesía hallaría resonancias en lo trascendental, ya que lo sagrado le está vedado desde la muerte de Dios: el arte sagrado no se daría en siglos ya que presupondría que el artista sintiese la divinidad, y que la espiritualidad englobase al conjunto social. En este sentido, Corredor Matheos precisó tres fenómenos asociados al orbe poético que hallarían correlación con la trascendencia:
Canaria
· La apertura a lo otro sin incardinar aún en lo sagrado, en la experiencia de la divinidad, hallaría eco en la percepción de la poesía que, a pesar de verterse sobre los objetos de lo cotidiano, sobre la realidad física y material inmediata, arroja una nueva luz sobre los mismos.
de
· En la dimensión temporal, la poesía produciría un efecto de abolición de los distintos planos temporales, transmutando todo sentir en un presente perpetuo que sería una suerte de examinar la eternidad en el instante.
de
· Además de estas premisas expuestas con anterioridad, la poesía encarnaría esa esperanza de la disolución del yo momentáneo presente en la mística de origen judeo-cristiano y también en el budismo.
Congreso
En esta confrontación de los conceptos de trascendencia y poesía, Corredor Matheos subrayó luego que la poesía no puede nacer como acto volitivo, sino que debe generar un vacío interno a partir del cual fructifique el poema por requerimiento natural y no artificioso. Como se ve, es fácil hallar aquí claras resonancias de autores como Paul Celan [2] o José Ángel Valente: compartiría con estos autores la idea de que la poesía es un vehículo hacia un lugar indeterminado. Ahondaría, pues, el poema en aquello que resulta inefable, en un intento de saltar los abismos y ofrecer una remozada visión del misterio. Amén de, una vez provocada la disolución del yo por contacto con lo otro, retomar la indisoluble contemplación de la unidad del yo y el mundo.Tercer
Congreso
de Poesía Canariab) Poesía, procesos postindustriales, globalización y tecnologías
de
Este epígrafe pretendía ahondar en las influencias y relaciones que se hayan establecido o puedan hacerlo entre los procesos más desarrollados y conspicuos de nuestras sociedades, agrupados e inmersos en el seno de la economía, la ciencia y los avances tecnológicos, con el discurso poético.
CongresoLa concepción que desplegó Antonio Orihuela ante esta perspectiva fue la de una crítica al sistema macroeconómico imperante y que aherroja a nuestras sociedades culturalmente. La literatura, al parecer de Orihuela, se ha aislado y autodesterrado de otros discursos culturales para sufrir una normalización, un proceso de estandarización que mina el germen natural que ha vivificado la poesía desde los albores del siglo XIX y de manera prominente en el decurso del siglo pasado. La dialéctica que habría entablado la poesía con el sistema capitalista se caracterizaría por tres elementos pauperizadores de la misma, y que son: el aislamiento estético, el conformismo cultural y la inadaptación positiva.
Tercer
Acaso los fenómenos de mayor incidencia cultural actualmente son la globalización, que se erige en una forma de represión de la diversidad, procurando una homogeneidad en la idiosincrasia de las diferentes poblaciones que subyuga con sus alocuciones, y la técnica, como esquema sintetizador de los anhelos de la idea asociada a la modernidad de un progreso ilimitado a cualquier costa, y cuya naturaleza favorece el distanciamiento de las clases amén de conformar un bucle cerrado alrededor de su dibujo que sincroniza creación y destrucción.
Congreso
Ante tal situación, la escritura podría afirmarse que no debe convertirse en un molde estético de evasión, quedando sojuzgada bajo el dominio de esos imperativos socioculturales, y que hallaría remedio en una proba plasmación que asumiese la realidad de su tiempo desde una ineludible radicalidad.
de
La participación de Nicolás Melini se circunscribió apenas a una crítica al formalismo imperante que, según él, prosigue en la poesía, y que es alentada por numerosos sellos editoriales. Este formalismo cuajaría en ciertas concepciones de la poesía en función del verso regular y la métrica [sic]. Esgrimió el desiderátum de abandonar dicho canon formal en aras de una poética contaminada, uno de cuyos pilares podría sustentar como ejemplo Charles Bukowski.
Poesía
Acaso la percepción más singular e interesante de la mesa fue la de Daniel Bellón. Conocido por su activa presencia en diversos espacio de internet, ofreció su experiencia en este sentido, además de elucidar una posible utilización mayoritaria de este medio para la difusión de la poesía.
Canaria
Internet, con su modelo de red sin centro fijo es un acicate para que todas las regiones periféricas adquieran visos de centro, y se difumine la relevancia proporcional de los mismos centros culturales imperantes a favor de la multiplicidad. También se canaliza a través de internet una propuesta nada desdeñable de entender el poema en un sentido fuera de lo físico supuesto por el volumen, el libro: las tentativas que habrían consolidado en la poesía visual, por ejemplo, encontrarían cauces muy fértiles y de alcance insospechado para la expresión.
Tercer
Otro experimento que se avizora es el de la composición colectiva de los poemas, hecho de por sí que no sería nuevo, pero que retrotraería a los orígenes de la lírica como canto y expresión anónima. También, en este ejercicio de recuperación de lo tradicional primigenio en el universo de la vanguardia tecnológica, cabría la posibilidad de rescatar la capacidad de transmisión oral de los poemas, y de establecer así ese vínculo directo entre emisor y receptor -ya que la designación de lo escrito quedaría en desuso en virtud de lo oral, y tampoco podría hablarse ya de lector sino de oyente o de interlocutor en toda regla- que se perdió por la transmisión de la obra en su formato gráfico.
Poesía
Los otros dos participantes de esta mesa apenas aportaron algunas leves esquelas en torno a procesos visualizados en la actualidad. Así, Antonio Martín Medina citó la manipulación política de la realidad y el establecimiento de una ficción ante los párpados sociales, declarando además, que la calificación de nuestras sociedades con el epíteto de comunicativas, entrañaba la paradoja de ser precisamente sociedades tipificadas por una precariedad en el acto de comunicación primordial. En parejo sentido se expresó Dolores Campos Herrero, denostando los efectos perniciosos del consumismo y la estética vacua que rodea a la normalización de las sociedades modernas democráticas, y apuntalando el compromiso de la poesía en cuyas vísceras podríamos buscar alivio espiritual en vez de acudir a las terapias masivas preñadas de los mismos valores pauperizados de la sociedad contemporánea.
Tercer
Congreso
de Poesía Canaria
Notas:
[1] He de acotar aquí humildemente que no creo que los vincule el hecho de ser carentes de fines en sí mismos: ahondando un poco más, tampoco comparto que dichas experiencias no tengan fin en sí; si algo los une no es a través de un juicio de finalidad, como vías de experimentar la trascendencia, ya que la poesía rebasa esa intuición (quiero decir que aunque se pueda experimentar la trascendencia mediante lo poético, también puede incardinar referencias diversas que no postulen necesariamente una sensación espiritual y existencial de lo trascendente, aparte de que esto adquiera gran relevancia), aunque haya por ahí un pequeño nexo: lo decisivo, a mi parecer, es que ambas son formas de responder a lo incognoscible, id est, las uniría, a la espiritualidad y la poesía, una relación de origen común, no por obrar de igual modo. He de suponer que, a pesar de no incidir más en esta visión, Ernesto Suárez con toda probabilidad daría su asentimiento.
[2] Dice Paul Celan en su Discurso de Bremen: «El poema, en la medida en que es, en efecto, una forma de aparición del lenguaje, y por tanto de esencia dialógica, puede ser una botella arrojada al mar, abandonada a la esperanza –tanta veces frágil, por supuesto- de que cualquier día, en alguna parte, pueda ser recogida en una playa, en la playa del corazón tal vez. Los poemas, en este sentido, están en camino: se dirigen a algo. ¿Hacia qué? Hacia un lugar abierto que invocar, que ocupar, hacia un tú invocable, hacia una realidad que invocar».

domingo, 17 de junio de 2007

Tercer Congreso de Poesía (IV)

a) La otra mirada de lo insular
Tercer
Este apartado tenía una disposición diáfana de rastrear la contemplación de lo insular desde la lejanía, el sentir la isla en las afueras.
Congreso
El primer texto lo leyó Fermín Higuera, quien dotó a su intervención de un cariz poético sobre el sentir de la isla. En sus comienzos, aseveró el autor que «la identidad sólo se expresa desde donde no está la identidad», paradoja que acaso deje entrever dos hechos diferentes pero que podrían complementarse: en primer lugar, el escepticismo sobre toda forma de definición que, por naturaleza misma del proceso, resulta menguante. Entonces, al definir la identidad, se deja de ser y estar en ella misma. Y en segundo lugar, se vincula Fermín Higuera con la antinomia expresada en un pequeño poema en prosa del poeta José Manuel Caballero Bonald intitulado Demasiadas preguntas, que reproduzco a continuación para comentarlo al hilo de lo dicho:
de
«Algún día no menos improbable que otros, cuando la petulancia ceda su turno a la apatía, podré saber quién soy. Pero tal vez entonces ya no quiera saberlo. Para qué voy a querer saberlo si quizá ese día no haya conmigo nadie que se parezca a mí. ¿En qué espejo que el tiempo habrá estragado se mirará mi semejante? Sólo se reconoce quien se olvidó de pronto de sí mismo. Aún convive el recuerdo enemistado con la historia».
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Las tres frases finales sustentan el poema, lo nutren de una tensión inusitada. Pero para el caso que estamos tratando, hemos de retener simplemente la que reza «Sólo se reconoce quien de pronto se olvidó de sí mismo». Queda patente la semejanza con el pensamiento de Fermín Higuera, y que quizás halle aclaración en una situación harto común y pedestre pero que tiene una vinculación metafísica: al contemplarnos en un espejo, alternativamente vemos en primera instancia un sujeto que se debate, como dice el poema de Caballero Bonald, entre la petulancia y la apatía del yo; sólo hay un instante, un momento fugaz y efímero en que podemos padecer un sentimiento de extrañeza con el ser que observamos, experimentamos entonces el exilio del ser [1]. Es ahí donde se inserta el «Sólo se reconoce quien se olvidó de pronto de sí mismo», ya que, ante la separación fulgurante de nuestra conciencia que se vuelve sobre sí misma para interrogarse, y que provoca un olvido del yo, es cuando surge de manera evidente la sensación posterior de ser nosotros ese tú que atisbamos, y que al fin se erige en un yo pensado y sentido.
Poesía
Posteriormente, en clave de simbolismo, Fermín Higuera sostuvo que «el mirar del isleño tiene más océano y cielo que tierra» y «el isleño respira la isla en el aire». Amén de otras sentencias como «la isla es como la primera respiración de la tierra». Toda este conjunto de paremias personifica una sensación continua de pertenencia al ser de la isla debido a que, como consecuencia de los límites impuestos por la propia geografía, se configura un imaginario donde parece imposible el desarraigo o el exilio de la isla más allá de lo puramente físico. La experiencia personal de Fermín le ha dado la contingencia de reasumir la isla desde el umbral de la distancia, que al fin y al cabo es donde opera el dominio de la memoria: he aquí que nuestro autor crea percibir que su isla ha menguado hasta una llama informe como Vesta, la diosa de la mitología grecorromana carente de representación antropomórfica, identificada con el fuego y que recibe un culto de índole doméstico. No de otra forma podría pensarse el epígrafe que coronaba su lectura: «Una parte de esa llama».
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El intitulado «Viaje a la isla de Tenerife» era la construcción lingüística de un documento que venía a emparentar a Rodolfo Häsler, poeta nacido en Cuba pero arraigado desde la infancia en España, con los discursos de otros insulares, los de esta orilla del Atlántico. La isla, dijo Häsler, era un estado anímico, entendida, claro está, en su especial configuración excéntrica. El abandono por parte de un ser insular de su propia isla cobra una relevancia de dimensiones insospechadas en cuanto a la creación se refiere. Podría seguirse la jacilla de este abandono en la escritura como una vivencia del exilio. Y es que, precisamente la isla, como la poesía, estarían formadas por idéntica materia: se hallarían, tanto la una como la otra, en aquello por lo que no son definidas explícitamente, es decir, en su propio exilio.
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Rafael Fernández Hernández efectuó un recorrido histórico de la vivencia de la isla como espacio creativo. El insular percibiría la isla como paraíso perdido: contubernio entre el refugio insular en consonancia con el espíritu y a la vez, el agreste cerrojo a la expansión.
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Por su parte, el poeta José Carlos Cataño enfatizó su crítica a las directrices impuestas por Valbuena Prat sobre la interpretación de la poesía canaria, entendiendo que esos presupuestos, aparte de falsos, aherrojaban la creatividad del autor, sumiéndole en una especie de erial.
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Por la coyuntura social que atravesaba Canarias cuando Cataño comenzó los estudios universitarios, hubo de trasladarse a la Península, obteniendo así una panorámica distinta del hecho insular, y manteniendo siempre esa sensación de exilio voluntario que queda grabada en no pocas composiciones suyas.
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Sabas Martín fue el que leyó la ponencia en último término, y a la que dio el significativo nombre de «Escribir la isla». Sabas Martín se aproximó a fundamentar el ser de la isla desde un plano exclusivamente subjetivo. Acarrearía la palabra «isla» con una plurisignificación dependiente en todo caso del origen y la naturaleza del sujeto de su pronunciación. En este sentido, la isla solamente verificaría un grado de autenticidad, acaso corporal, si su enunciación fuese necesaria.
Poesía
Sabas Martín aludió a que, en el proceso de expresión de la isla, el poeta acude a imágenes que conforman una historia que tiende siempre al mito; historia mitificada, pues, que siendo la misma, sería, paradójicamente, otra. Se hace evidente, entonces, que el propio ensillar la ínsula en la obra de Sabas Martín ha adquirido un rango de requerimiento interior, de espacio al que retorna permanentemente la memoria, y fundándose en ese acto creativo el poema con su carga de historia mítica y personal, a la par que el poeta propende, en función de su querencia natural hacia el reducido espacio geográfico que delimitan las aguas, a convertirse él mismo en una isla.
Tercer
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de Poesía Canariab) Nuevas formas de lo social en la poesía
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Especial atractivo supone la tentativa de una búsqueda para hallar remozados modos de expresar lo que generalmente ha sido designado como «lo social» en el seno de la poesía. Consabida es la corriente de desprecio que se ha forjado ante la llamada poesía social practicada en nuestro país a mediados del siglo XX (y no sólo en nuestras latitudes: fue una edificación poética nacida a raíz de la vivencia inmediata de las hecatombes que instituyeron las dos guerras mundiales). No obsta ello, a pesar del denuedo de sus detractores, para que exista una inquietud que intente encontrar respuestas a través de lo poético.
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Lara Cantizani no habló, sensu stricto, desde una perspectiva de la poesía social, aunque la rozase de forma tangencial. La mirada de este vate integró su experiencia, que podría calificarse de social, con algunos estudiantes. Tras su descubrimiento de la forma estrófica japonesa denominada haikú en el año 2004, acometió con sus alumnos una labor conjunta de la elaboración colectiva de estos breves poemas, encaminada al tratamiento de ubérrimas temáticas como las sensaciones transmitidas por el desastre que encarnó el ya conocido acto terrorista del 11 de Septiembre, así como aspectos ecológicos o las consecuencias de la violencia cotidiana. La fortuna acompañó su empresa de tal suerte que Lara Cantizani ha conseguido publicar, junto a sus alumnos, tres libros en años consecutivos.
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Pasó luego Cecilia Domínguez Luis a considerar la fertilización del pensar poético y de su acto generativo por la utilización de la ironía. El Diccionario de la Real Academia Española recoge en su vigésima segunda edición tres acepciones para el vocablo ironía:
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1. Burla fina y disimulada.2. Tono burlón con que se dice.3. Figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice.
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Cecilia Domínguez hizo hincapié en la ironía (y el humorismo) como una estrategia del pensamiento que simula la conciencia del paso del tiempo y el absurdo de la existencia (no en vano los creadores afines a la escuela literaria del absurdo incluían siempre elementos irónicos en sus obras como Samuel Beckett, además de que lo absurdo nace posiblemente de lo paradójico de las situaciones vitales [2]). La ironía así comprendida asemejaría al sujeto irónico con el idealista en la actividad crítica y reflexiva por contraposición al humorista que únicamente pretendería extraer el lado risible de la realidad sobre la que se pronuncia.
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En nuestro ámbito inmediato, arguyó Cecilia Domínguez, la expresión de lo irónico como figura retórica, como método de indagación de la realidad y como actitud vital, quedaría ejemplificada por los nombres de Alonso Quesada y Luis Feria. Y abarcando un entorno literario lato, cabría apostillar asimismo la relevancia que llega a adquirir la ironía en la práctica del surrealismo, con sus imágenes oníricas que religan frecuentemente fenómenos conscientemente alejados, aunque, al parecer de Cecilia Domínguez, su hábito en el surrealismo resultase inocente y fragmentado. En cualquier caso, este -ismo propició una de las posibilidades que acarrea el trato con la ironía: la descarga o liberación.
Canaria
El texto escondido bajo el genérico rótulo de «La poesía humanista», leído por Juan José Delgado, defendía un posicionamiento en las inmediaciones de la poesía social pero aventurando una alternativa asaz sugestiva: la del intento de una percepción ética plasmada en la poesía desde lo individual y no desde un difuso nosotros. Como paradigma de esta alternativa refirió Juan José Delgado el caso del poeta Jorge Riechmann, quien conjuga en sus poemas todo un orbe de motivos afines y próximos a lo social, o a la denuncia, sin incurrir en los perentorios requerimientos de la plena y vacua comunicación directa. Prosiguiendo la aseveración de este costado encinto de posibilidades, el poeta y profesor Delgado insistió en su idea de no limitar lo social al realismo, tal y como se dio en nuestras coordenadas a mitad de la centuria pasada, sino en provocar su apertura hacia lo subjetivo.
Tercer
Un referente ineludible tratando el tema desde esta nutricia exposición era el de Paul Celan. El profesor Delgado aseguró que Celan revelaba una criptografía del padecimiento no hallándose en censura. Y comentó el señero poema conocido en español como «Fuga de la muerte» (de «Todesfugue» en alemán), redactado previamente en rumano y llamado entonces «Tangoul Mortii», que fue el primero firmado con el nombre de Paul Celan (recordemos que su nombre original era Paul Antschel):
Congreso«Leche negra del alba te bebemos de noche
te bebemos al mediodía la muerte es un maestro venido de Alemania
te bebemos en la tarde y en las mañanas bebemos y bebemos
la muerte es un maestro venido de Alemania su ojo es azul
te acierta con bala de plomo te acierta con precisión
un hombre vive en la casa tus cabellos dorados Margarita
nos lanza sus perros de presa nos da una tumba en el aire
juega con las serpientes y sueña la muerte es un maestro venido de Alemania
tus cabellos dorados Margarita
tus cabellos cenicientos Sulamita»
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Se hace palpable en este fragmento del poema de Celan la respiración entrecortada y el ritmo intermitente que percuten en las imágenes que sellan una memoria velada: la del padecimiento invocado en la historia.
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Para finalizar, Juan José Delgado quiso manifestar su voluntad de renombrar este propósito inventivo desdeñando la calificación de poesía social, en favor de la ratificación de una poesía «humanista», en consonancia con una estética de lo humano y sus coyunturas, así como a guisa de seña y paráfrasis del lema de aquel ensayo de Jean Paul Sartre: El existencialismo es un humanismo.
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La polifacética artista Berbel redactó un conjunto de ideas bajo el lema de «Noticias sobre ética y poesía». A partir de la consideración etimológica de la palabra «ética» esgrimió un sistema dialéctico en donde la primacía de lo ético se vertía sobre el sujeto mismo de la reflexión: el poeta debe fidelidad a sí mismo, en su acto de escritura no cabe el desdén sino la probidad; compromiso, pues, con la ética propia del sujeto que escribe y con el acto mismo de escribir. En la creación de la obra, el poeta adquiere un compromiso que atraviesa intensamente y de modo unívoco su quehacer definido por su misma exigencia estética, que a la postre, no es más que su lealtad a la palabra poética. Asimismo, la poesía vista como búsqueda de la verdad, ya sea de una verdad inmediata y material o trascendente; ya sea de índole interna y subjetiva o externa, muestra la consanguinidad descrita. La postura catártica del arte estaría preñada también de una vocación de contubernio entre la obra y una ética del desalojo del individuo que conllevaría a una expresión crítica y a su vez profundamente ética.
Tercer
Dio fin a la mesa Ricardo Hernández Bravo que disertó «Entorno a la poesía como medio de comunicación». Retomó este autor el consabido relato de la utópica pretensión implícita en el entendimiento de la poesía como comunicación directa, debido a la supeditación de lo estético verbal a la imagen de lo comunicativo, herencia y tradición más emparentada con los mass media. Pero, partiendo de esta premisa, este poeta se adentró en las consecuencias inicuas que podría decirse que abortan la posibilidad de un encuentro entre la obra poética y la realidad del hombre particular. Si bien el sendero ya transitado por la poesía social de hace medio siglo nos resulta deleznable por su inmediatez y, añadiría yo, por su ingenuidad, la poesía, como producto del hombre, y como componente en su raíz de un acto comunicativo comprobable en el fenómeno de la lectura, en el que se hace presente la transmisión de un mensaje, no debería acallar la producción poética sus referencias connotativas, intrínsecas a la misma poesía desde sus orígenes, y que el tiempo se encarga de ensalzar mediante la adquisición de nuevas perspectivas con respecto a la lectura de un texto.
Congreso
En el diálogo establecido en la matriz de lo poético entre el afán por conservar las referencias connotativas (y la riqueza derivada de la contingencia que asumió lo literario a partir de su plasmación en la escritura [3]) y la querencia hacia la expresión de una realidad inmediata y epidérmica, suscita un dilema que concierne al poeta de hoy discernir. Ricardo Hernández Bravo meditó sobre la eventualidad de disolver la dialéctica en una síntesis caracterizada por la ética aprehendida como un encuentro consigo mismo (similar a lo expuesto por Berbel), con la palabra y con una ampliación inherente a otros medios de expresión, así como una hipotético recobrar el carácter oral de la manifestación poética.
Tercer
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Notas:
[1] En un fragmento de su último poemario publicado El libro, tras la duna, Andrés Sánchez Robayna escribe: «Me vi multiplicado/ no en los claros reflejos del traslúcido/ icosaedro de cristal de roca, / sino en el estallido/ del espejo que, roto, reflejaba, / dispersos, los fragmentos/ de un yo que formulaba una pregunta/ y conoció tan sólo su vacío». Casualmente, la pregunta que se formulaba era ¿quién eres?
[2] Recordemos las palabras de Ionesco al respecto: «Siendo lo cómico intuición de lo absurdo, me parece más desesperante que lo trágico».
[3] Dice Francisco Rodríguez Adrados en su introducción a la Lírica griega arcaica con respecto al enriquecimiento experimentado por la creación poética y literaria en general, consecuente al impulso impreso por la escritura frente a la pura tradición oral, lo siguiente: «Como en el caso de la épica es fundamentalmente la introducción en Grecia de la escritura, que se produjo en el siglo VIII a.C. en Rodas o Chipre seguramente, lo que llevó a la creación de la lírica literaria. Era efectivamente, muy fuerte para el solista-improvisador la tentación de fijar un texto de una vez para siempre, aunque fuera sobre esquemas tradicionales. La existencia de la escritura, de otra parte, permitía que ese texto fijado fuese más extenso, más complejo, más rico» (la negrita es mía).