Coloco a continuación la breve crítica que escribí a propósito de la lectura de La tercera virgen, novela de Fred Vargas abordada en el Club de Lectura en el que participo.
fred
En alguna entrevista el escritor argentino Jorge Luis Borges sentenció que las novelas policiacas terminaban por construirse de manera automática ("como una maquinita", decía el argentino metafísico). Esa frase condensa, a despecho de su tono pedestre, el conflicto primordial al que se enfrenta todo autor de novelas pertenecientes al género aludido. La novela de Fred Vargas principia eludiendo la plasmación directa que supone el eje argumental, esto es, la resolución de una serie de crímenes. El efecto implica un tipo de narración eficaz inicialmente: el confinamiento a unos simples trazos de la trama policial conduce al lector por los entresijos vitales de un conjunto de personajes estrafalarios o excéntricos, mostrando, mediante un sistema de diálogos preciso, una carga irónica en ocasiones verdaderamente hilarante. Esta subordinación en la primera mitad de la obra se ve potenciada por la síntesis característica de los diálogos y por los retazos descriptivos, ya sea de los propios personajes o de la ambientación. Sin embargo, la edificación de la novela sobre dichos cimientos comienza a declinar apenas arriba la lectura a la mitad de la novela. A partir de entonces, la narración va orillando la ironía de los diálogos y las descripciones se ven sometidas a un proceso de reducción a exiguas frases, despojadas por completo de cualquier elemento capaz de suscitar maravilla, emoción o agrado simplemente. El desarrollo tonal adquiere gravedad en perjuicio de los únicos factores encomiables de la novela, resolviéndose en una ecuación tipificada e ineficiente.
fred
Novela ligera, de divertimento, concluiría un diccionario enciclopédico.
Novela ligera, de divertimento, concluiría un diccionario enciclopédico.
vargas
No sé si fui demasiado benévolo con la obra.
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