lunes, 29 de marzo de 2010

Tarde, gaviota, mirada

Para Yu.
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Escuchamos a la gaviota cantar. Atravesaba el aire con su pico luminoso. Escuchamos la luz atravesar la vertical del plano donde su boca era aire. Giramos para tocarla en la proximidad densa del ala.
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Cifrados en su habla, los signos de un crepúsculo límpido nos acechaban. Fuimos tan sólo escucha en la vecindad del vuelo, aire reconvertido a canto, lujuria de la tarde.
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Escuchamos a la gaviota cantar. Atravesé el espacio que tu luz brindaba: sésamo radiante, me sumergí en la pleamar de tus formas. La arena nos moldeó en la lejana escritura de las aves que volaban en torno a tu ombligo; círculo de la sed, así abrevé en tus ojos.

2 comentarios:

Yurena dijo...

Precioso recuerdo.

Daniel Bernal Suárez dijo...

Todo recuerdo hermoso merece ser esculpido para que vuelva una y otra vez a la memoria. ;)
Un beso!